GLASTONBURY. Un misterio desvelado.
Martí Pié Boada
Al oeste de Inglaterra, en el condado de Somerset, asentada en la bucólica campiña con un pasado escondido entre las brumas de mitos y leyendas, la pequeña ciudad de Glastonbury constituye uno de los centros místicos más importantes del mundo. Allí, historia y fantasía se mezclan de forma inextricable. Según William de Malmesbury, el cristianismo de los primeros tiempos estableció en la que se consideraría como Jerusalén de Occidente la iglesia más antigua de Inglaterra (que no de Gran Bretaña, puesto que es la que estableció en Cardiff, Gales). El precario primer templo erigido en Glastonbury tendría su continuidad en el monasterio cuyas ruinas podemos contemplar hoy en día. Ya los druidas celtas recogían una antigua tradición por la que se consideraba el lugar como sagrado y lo relacionaban con la tradición del Otromundo. Al decir del autor del s. XII Caradoc de Llancarvan, recibía el nombre de Ineswitrin. Este autor, en su obra Vida de San Gildas, lo latiniza convirtiéndolo en Glastonia y en una nota añadida se explica que el nombre británico era Ynisgutrin, “isla de Cristal”, que los anglo-sajones establecidos allí habían traducido en su día como “Glastigberi” para pasar a denominarse a sí mismos Glæstingas, “pueblo de Glastonia”, nombre del cual derivaría la forma común en el s.VIII Glastinga ieg, “isla de Glastingas”. Pero en realidad lo “de cristal” responde a una equivocación: el nombre original latinizado contenía en realidad la palabra céltica “glas” pero referida al glasto, ¡no al cristal! El glasto era una hierba sagrada de especial relevancia en las ceremonias religiosas de los britanos. El antiguo Glastonbury se habría denominado pues Ynysglas, con lo que corresponde a “isla de glasto” o “donde el glasto crece”. La traducción pues habría sido hecha a la inversa – del inglés al gaélico - con la intención de reconstruir la palabra originaria ya por aquel entonces en el olvido y, en un precipitado error de deducción, se confundió el “glas” gaélico con el “glass” inglés: "glasto" con “cristal”. En un poema conocido como "The spoils of Annwfn" se describe una expedición liderada por el rey Arturo con la intención de hacerse con el caldero mágico custodiado por nueve doncellas en la ciudad fortaleza de Annwfn denominada también con otros varios nombres. Se cita Caersiddi y Caerwydr: “ciudad (etimológicamente “piedra”) de las hadas” - “de cristal (de wydr-vidrio)”. Entre la mayor parte de la intelectualidad británica no se duda de que la etimología de Glastonbury se debe a “glass” o sea “vidrio” o “cristal”, pero están en un error que me permito poner de manifiesto y revelar la correcta etimología, derivada de la venerada planta tintórea.
EL TOR.- El Tor de Glastonbury destaca en su orografía por constituir una notable excepción en el suave paisaje del Brue Valley: en un punto, inopinadamente, el relieve cambia para levantarse de repente en un singular y sorpresivomontículo: el Tor. Rodeado de un halo de misterio, la cúspide coronada por una solitaria torre de estilo normando llega a alcanzar los 159 m.de altitud. Allí, en excavaciones realizadas a principio de siglo, sehallaron restos de hábitat prehistórico y del antiguo establecimientomonástico de St Michael on the Tor. La destacada elevación del terreno pone al menos un punto de duda en su consideración de simple colina: de forma ovalada, con suaves gradientes que lo rodean y le confieren unaenigmática forma escalonada, con una leyenda que habla de un mundo en su interior, consagrada a San Miguel la edificación en su cúspide, con la tradición que lo asocia a la figura del dragón así como a la del Rey Arturo y a la mítica isla de Avalon o al Santo Grial, ¿podría tratarsede un túmulo artificial como, entre otros, el vecino de Silbury Hill en la localidad de Avebury? Su aureola de lugar mágico se adentra en la antigüedad más remota. Su nombre enlaza con otras zonas de la Europa occidental. Desde la cúspide del Tor, denominado“Templo de las Estrellas” por una antigua tradición, se divisa toda la extensión del pueblo y un paisaje que, como veremos, oculta un conjunto místico interrelacionado entre sí a través de una densa trama de narraciones legendarias. Glastonbury se asocia con Annwfn, la mítica ciudad, el Avalon en el cual nueve doncellas custodian el caldero mágico de la Sabiduría entre un legado de tesoros ocultos. El Annwfn galés era el reino del cual era señor Gwyn ap Nudd, rey de las hadas. Según la mitología, Gwynn era monarca en el interior del Tor. En el siglo VI, en los albores de la Edad Media, se narra un encuentro con San Collen, un eremita cristiano establecido en la sagrada cima del Tor.El santo habría escuchado una conversación en la que dos hombres hablaban acerca de que el rey Gwynn tenía su morada en un palacio situado en el mismo Tor. San Collen les reprendió por hablar de demonios. Los dos hombres le contravinieron y le advirtieron que Gwynn no estaría de acuerdo con que se refiriera a él en esos términos y vendría a su encuentro. Pasó un tiempo hasta que, un día, alguien fue aver a Collen para invitarle a visitar al rey Gwyn. El santo rechazó por tres veces la propuesta, pero al fin, ante la insistencia, accedió. No obstante, en previsión de los peligros que le pudieran acechar, tuvo la idea de llevarse consigo un frasco con agua bendita. Lo escondió bajo el hábito y siguió al mensajero. Entraron en el interior de la montaña poruna puerta secreta, inadvertida para el común de los mortales. Una vez dentro, el invitado comprobó que se hallaban en un maravilloso palacio. Franquearon la entrada de una de las salas de aquel mundo subterráneo yallí estaba Gwyn, sentado en un trono de oro. El rey dio la bienvenida a Collen y, mostrándole una gran mesa preparada con los más suculentos manjares, le ofreció el participar de ellos. El santo sin embargo,desconfiado, los rechazó. Había oído hablar acerca de la comida de las hadas: quién de ella participaba, se convertía en monstruo condenado avagar eternamente por la Tierra. Ante la insistencia de su anfitrión,Collen, preso por el temor, sacó entonces el frasco que llevaba debajo del hábito y aspergió el contenido a su alrededor. De pronto, el palacio se desvaneció. El santo se encontró tendido en la fría soledad de lacima del Tor... Gwyn ap Nudd había sido en origen un dios - Gwynn, hijo de Nudd -relegado seguramente a rey clandestino por el cristianismo. Gwynn y las hadas vuelven a aparecer en el cuento artúrico de la caza del gran jabalí Twrch Trwyth, en el conjunto de la identificación delrey Arturo con Glastonbury, y del Tor con la isla de Avalon. En suHistory of the Kings of Britain, del siglo XII, Geoffrey de Monmouth dice que el Rey Arturo, mortalmente herido en su postrer batalla deCamlann, fue llevado a la Isla de Avalon para ser sanado de sus heridas. Según Gerald de Gales y Gervasio de Tilbury, que a su vez recogen las leyendas locales, habría sido llevado allí por Morgan le Fay la hechicera y - según Chrétien de Troyes - hermana. Allí, nueve hadas le habrían curado las heridas. Y allí, en Avalon - según se cita -, a sualrededor, enormes gigantes aguardaban ocultos.
EL TOR.- El Tor de Glastonbury destaca en su orografía por constituir una notable excepción en el suave paisaje del Brue Valley: en un punto, inopinadamente, el relieve cambia para levantarse de repente en un singular y sorpresivomontículo: el Tor. Rodeado de un halo de misterio, la cúspide coronada por una solitaria torre de estilo normando llega a alcanzar los 159 m.de altitud. Allí, en excavaciones realizadas a principio de siglo, sehallaron restos de hábitat prehistórico y del antiguo establecimientomonástico de St Michael on the Tor. La destacada elevación del terreno pone al menos un punto de duda en su consideración de simple colina: de forma ovalada, con suaves gradientes que lo rodean y le confieren unaenigmática forma escalonada, con una leyenda que habla de un mundo en su interior, consagrada a San Miguel la edificación en su cúspide, con la tradición que lo asocia a la figura del dragón así como a la del Rey Arturo y a la mítica isla de Avalon o al Santo Grial, ¿podría tratarsede un túmulo artificial como, entre otros, el vecino de Silbury Hill en la localidad de Avebury? Su aureola de lugar mágico se adentra en la antigüedad más remota. Su nombre enlaza con otras zonas de la Europa occidental. Desde la cúspide del Tor, denominado“Templo de las Estrellas” por una antigua tradición, se divisa toda la extensión del pueblo y un paisaje que, como veremos, oculta un conjunto místico interrelacionado entre sí a través de una densa trama de narraciones legendarias. Glastonbury se asocia con Annwfn, la mítica ciudad, el Avalon en el cual nueve doncellas custodian el caldero mágico de la Sabiduría entre un legado de tesoros ocultos. El Annwfn galés era el reino del cual era señor Gwyn ap Nudd, rey de las hadas. Según la mitología, Gwynn era monarca en el interior del Tor. En el siglo VI, en los albores de la Edad Media, se narra un encuentro con San Collen, un eremita cristiano establecido en la sagrada cima del Tor.El santo habría escuchado una conversación en la que dos hombres hablaban acerca de que el rey Gwynn tenía su morada en un palacio situado en el mismo Tor. San Collen les reprendió por hablar de demonios. Los dos hombres le contravinieron y le advirtieron que Gwynn no estaría de acuerdo con que se refiriera a él en esos términos y vendría a su encuentro. Pasó un tiempo hasta que, un día, alguien fue aver a Collen para invitarle a visitar al rey Gwyn. El santo rechazó por tres veces la propuesta, pero al fin, ante la insistencia, accedió. No obstante, en previsión de los peligros que le pudieran acechar, tuvo la idea de llevarse consigo un frasco con agua bendita. Lo escondió bajo el hábito y siguió al mensajero. Entraron en el interior de la montaña poruna puerta secreta, inadvertida para el común de los mortales. Una vez dentro, el invitado comprobó que se hallaban en un maravilloso palacio. Franquearon la entrada de una de las salas de aquel mundo subterráneo yallí estaba Gwyn, sentado en un trono de oro. El rey dio la bienvenida a Collen y, mostrándole una gran mesa preparada con los más suculentos manjares, le ofreció el participar de ellos. El santo sin embargo,desconfiado, los rechazó. Había oído hablar acerca de la comida de las hadas: quién de ella participaba, se convertía en monstruo condenado avagar eternamente por la Tierra. Ante la insistencia de su anfitrión,Collen, preso por el temor, sacó entonces el frasco que llevaba debajo del hábito y aspergió el contenido a su alrededor. De pronto, el palacio se desvaneció. El santo se encontró tendido en la fría soledad de lacima del Tor... Gwyn ap Nudd había sido en origen un dios - Gwynn, hijo de Nudd -relegado seguramente a rey clandestino por el cristianismo. Gwynn y las hadas vuelven a aparecer en el cuento artúrico de la caza del gran jabalí Twrch Trwyth, en el conjunto de la identificación delrey Arturo con Glastonbury, y del Tor con la isla de Avalon. En suHistory of the Kings of Britain, del siglo XII, Geoffrey de Monmouth dice que el Rey Arturo, mortalmente herido en su postrer batalla deCamlann, fue llevado a la Isla de Avalon para ser sanado de sus heridas. Según Gerald de Gales y Gervasio de Tilbury, que a su vez recogen las leyendas locales, habría sido llevado allí por Morgan le Fay la hechicera y - según Chrétien de Troyes - hermana. Allí, nueve hadas le habrían curado las heridas. Y allí, en Avalon - según se cita -, a sualrededor, enormes gigantes aguardaban ocultos.
EL REY ARTURO .- La identificación de Glastonbury con la isla de Avalon condujo a losmonjes a buscar en el año 1191 la tumba del rey Arturo. Hallaron através de visiones y ciertas indicaciones en viejos manuscritos - al decir de Gerald de Gales - los restos mortales del legendario rey asícomo, a su lado, los de la reina Ginebra. También indica el mismo Geraldde Gales que fue el rey Enrique II quien puso a los monjes sobre la pista definitiva. Pero tal vez este hecho respondiera a oscurospropósitos: el rey Enrique tenía por aquellos tiempos serios problemascon los galeses, los antiguos habitantes britanos ahora confinados enlos valles occidentales a los que intentaba definitivamente someter. En realidad, parece ser que Arturo había sido un rey bretón que en el sigloVI obtuvo señaladas victorias contra los anglo-sajones y al cual lostiempos posteriores, principalmente bajo-medievales, le rodearon de laaureola mítica y caballeresca con la que ha llegado hasta nuestros días. Corría el rumor entre los galeses de que Arturo - en base a una leyendaen la que se decía que no había muerto - volvería para liberar Gales delyugo inglés. Los monjes se sumaron a la masiva moda del hallazgo dereliquias en toda la cristiandad y se ajustaron a las conveniencias delmonarca con tal de demostrar al amenazante pueblo galés que su míticorey estaba definitivamente muerto y sus restos reposando en la abadía deGlastonbury, en Inglaterra. Podría ser ésta la intención. Aunque tambiénes cierto que otra importante línea de la tradición había situadosiempre en Glastonbury (antes la misma Britania que ahora se dividíanGales e Inglaterra) el cuerpo sepulto de Arturo. Autores como LeslieAlcock, en su libro Arthur’s Britain, defienden esa tesis y laautenticidad de los restos enterrados en la abadía. Toda la tierra deGlastonbury presenta una relación con el ciclo artúrico. Así, la colinaque se dibuja en la lejanía - Cadbury Hill - se dice que es el sitioexacto donde estuvo enclavada la mítica capital del rey Arturo y suscaballeros: Camelot. La boscosa colina de Chalice Hill, al lado del Tor,tiene en su base el pozo del cáliz (Chalice Well), el pozo sacro en cuyointerior se encuentra el Santo Grial traído por José de Arimatea,crístico equivalente de la era de Piscis al más antiguo Caldero de laSabiduría céltico, la mística vasija de la luz y el conocimiento que había sido desde la noche de los tiempos la suprema causa de santidad. Representada en el Chalice Well se encuentra una de las formas básicas de la geometría sagrada y representación de la era crística: la proporción creada con la intersección de dos círculos de la cual resulta la denominada como Vésica Piscis. De Camelot, los caballeros del rey partían en busca del Santo Grial; aparentemente una paradoja: una larga peregrinación, una búsqueda iniciática que, tras recorrer un largo camino en pos delperfeccionamiento, volvía por las sendas del laberinto a la misma tierrade Camelot, a Glastonbury, al antiguo Templo de las Estrellas donde el Cielo está en la Tierra y donde los ocultos gigantes aguardan. Un paisaje oculto sobre la tierra para el que pasarían muchos siglos antesde mostrarse a ojos que pudiesen comprender.
EL PAISAJE OCULTO .- En 1929 sucedió algo que abrió una luz a esa comprensión: Kathryn Maltwood, en su libro A guide to Glastonbury’s Temple of the Stars, reveló un sorprendente descubrimiento acerca de la zona de Glastonbury y pueblos vecinos. Se hallaba en una colina desde la cual divisaba toda la campiña cuando tuvo una suerte de revelación; en un momento, todo el oculto paisaje se mostró ante sus ojos. Siguiendo los pliegues naturales del terreno, cursos de agua, caminos ancestrales, las High Street (calle principal) de las poblaciones, taludes, terraplenes, vio dibujados los doce signos del zodiaco dentro de una vasta área de unas diez millas de diámetro. Comprendió entonces Maltwood la leyenda que hacía referencia a gigantes ocultos en el paisaje. El conjunto del Templo delas Estrellas, el santuario celestial, mostraba su significado: alparecer, diseñadas por una antigua y desparecida cultura, siguiendo la equivalencia hermética entre lo superior y lo inferior, cada figura zodiacal sobre la Tierra se correspondía con su constelación en el Cielo ocupando su lugar bajo ella. Kathryn Maltwood se ocupó de tomar fotografías aéreas que le confirmaron en su apreciación. Semejante a la lejana Nazca peruana que el mundo occidental descubriría años después, era desde el aire la única manera de apreciar los dibujos en su totalidad. Los gigantes del zodiaco se representan en el paisaje siguiendo las antiguas formaciones del terreno, englobando aldeas y pueblos enteros o gran parte de ellos, como la población de Somerton situada en “una pata” de Leo, o la pequeña ciudad de Street que ocupa “cabeza y cuello” de Aries. Sin duda debido al natural conservadurismo de los británicos y a su preservación de su patrimonio, y quién sabe sí (como creía Maltwood) al cuidado de unos monjes conocedores de laantigua sabiduría, han llegado hasta nosotros las inmemoriales líneasque en otros lugares han desaparecido. En este gigantesco conjunto zodiacal, el Tor de Glastonbury se encontraría situado dentro del signo correspondiente a Acuario aunque no esté representado por escanciador deagua alguno sino por el Ave Fénix con sus alas extendidas, símbolo acuariano que renace de sus cenizas para restablecer la luz del espíritu. Entre los signos de Acuario y Piscis se encuentra la iglesia. Fuera del círculo del zodiaco se encuentra otra figura adicional: tendido en el suelo y con el hocico formado por el túmulo artificial dearcilla roja de Burrow Mump, está el gigantesco Perro de Langport: el guardián del Templo de las Estrellas, representación en la tierra de la constelación del Can Mayor cuya estrella principal es la venerada Sirio. El descubrimiento de Kathryn Maltwood parece tener un antecedente. A finales del siglo XVI, el matemático y cartógrafo - además de mago, astrólogo y alquimista - John Dee 13 habría sido ya conocedor de la existencia de la representación de los signos del zodiaco sobre el suelode Somerset. Un suelo que, tomando Glastonbury como eje, se ve atravesado además por multitud de líneas rectas que unen lugares sagrados. Una de ellas es especialmente destacable por unir el punto más oriental de Inglaterra con el más occidental: Ness Point en Lowestoft, East Anglia, y Land’s End en Cornualles. Glastonbury: un paisaje entre la realidad y la fantasía. Una vez al año, en los días del solsticio de verano, sobreviene una extraña ydesconcertante mutación: la bucólica y apacible campiña se traslada, en un viaje imposible y sin embargo real, a la sobresaltada y ruidosa campiña. Un multitudinario festival de rock hace perceptibles en el espíritu menos sensible las vibraciones del lugar, vibraciones en el sentido más pedestre del término. La lastimosa transfiguración de un emplazamiento mágico: del ensalzamiento del espíritu a su más profundo abatimiento.
© Martí Pié Boada
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